miércoles, 14 de enero de 2009

HÁBITOS ALIMENTICIOS, EVITA LA COMIDA CHATARRA

Hace ya algunos años cuando yo era un niño, yo mismo molía mi taza de maíz para preparar las arepas peladas, naturales. En ese tiempo, recuerdo, comenzó el mercado de las harinas refinadas, con las cuales se preparaban unas deliciosas arepas, que tenían un trabajo menor para su preparación. Pero lo que yo no sabía, ni mis padres tampoco, era que estas arepitas no contenían ningún elemento nutritivo, pues en su industrialización, le habían extraído los nutrientes y la fibra, para que los paquetes de harina no se pudrieran en los anaqueles de los supermercados en el tiempo que debían estar exhibidos para su venta y posterior consumo.

El inicio de esta avalancha de comida chatarra, léase comida basura, inservible, de bajo nivel nutritivo, muy de moda en nuestros tiempos, ha traído como consecuencia un cúmulo de enfermedades, principalmente del sistema digestivo, y del sistema circulatorio, tales como: gastritis, acidez, úlcera, estreñimiento, cáncer de colon y otros, además: hipertensión, arteriosclerosis, cefaleas, migrañas, etc, etc.

No es de extrañar que la aparición de graves problemas gástricos y el cáncer de colon, coincide con la fecha de nacimiento de estas harinas refinadas y la comida rápida, cocinada en aceites y conservada con químicos altamente nocivos para la salud…

En Venezuela comenzó en la década de los 60.

Esta ingesta de comida chatarra, no son buenos moldeadores de tu cuerpo, ellos contienen una cantidad de azúcares y carbohidratos de mala calidad que no son metabolizados adecuadamente por tu organismo, produciendo desperdicios que son acumulados en diferentes partes del cuerpo, y en consecuencia afean tu figura..

A manera de ensayo, haz una encuesta visual cuando visites los supermercados, échale un vistazo disimulado a lo que llevan las demás personas en su carrito, y fíjate en el físico de las personas que conducen dicho carrito (ojo, mis amigos, no se trata de establecer juicios de valor), sé que “no” te vas a sorprender, pero los más gorditos siempre llevan comida que engorda (posiblemente no lo saben), sí, comida chatarra (gaseosas, helados, harinas, embutidos, pan, galletas, etc), o ingredientes para preparar comida chatarra (azúcar, enlatados, harinas para tortas, etc), y los más “atléticos” llevan menos comida chatarra y un poco más de vegetales verdes frescos, frutas, carnes magras, pescados, cereales no procesados, menos enlatados, no refrescos… ¿Casualidad? ¿Coincidencia? No creo...

Lamentablemente comemos lo que nos gusta, no lo que nos hace falta, nuestro paladar no identifica elementos nutritivos, solo sabores y estos sabores son disfrazados por la industria alimenticia, para que prefiramos la comida chatarra, dulce y fácil de preparar.

Es increíble como la publicidad induce al consumo de este tipo de comida de poco valor nutricional, colocándola como alimento para la salud, cuando en realidad es un alimento para la enfermedad. Nos enfermamos por lo que comemos, lo que respiramos y lo que bebemos, y si no usamos el sentido común y la concientización de este aspecto, por supuesto que terminaremos agotando nuestra salud, la enfermedad nos ganará la partida y moriremos antes de tiempo.

La mejor manera de evitar comer comida chatarra, es no comprar comida chatarra…. En tu carrito de mercado no metas comida chatarra.

Evita comer comida rápida cuando salgas a la calle, perros calientes, hamburguesas, churros, pollo a la broaster, pepitos de carne o pollo, empanadas, tortas, donas. Trata de comer antes de salir de casa, o piensa en comerte algunas frutas, en lugar de sucumbir ante el bombardeo publicitario de la comida basura.

Hasta una nueva oportunidad…

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